El mundo del Nosotrxs que vendrá
“Entonces llegará un momento en que la tierra esté
enferma, y los animales y las plantas empiecen a
morir. Entonces los indios recuperarán su espíritu y
reunirán a la gente de todas las naciones, colores y
creencias para unirse en la lucha por salvar la tierra:
los Guerreros del Arco Iris”
Visión del Pueblo Sioux
Aparaaraa es la palabra para significar “soñar” en la lengua de la gente del agua, los añuu. Es tan importante, que el giro simbólico para construir su sentido significativo implica, en primer lugar, la verbalización del nombre de las aguas expandidas: -paraa – lo que se logra mediante su prefijación con: a-, de esta manera, su significación adquiere la propiedad de espacio en acción; pero, además, es sufijada con -raa, que es marca de un superlativo que hace de la acción del sujeto -paraa- enfatice en su dimensión espacio/temporal, es decir, se trata de un espacio/tiempo en acción en el que el soñador vivencia su finitud en la infinitud espacio/temporal del sueño.
Así, el sueño es una dimensión en la que el sujeto experimenta la condición completa de su existencia como cuerpo y aliento; en este sentido, el soñar es la instancia en la que puede ver, atestiguar y atestiguarse en esa dimensión invisible en el espacio de la vida despierta. De tal manera, pues, soñar es la cotidiana experiencia de vivir, por brevísimo tiempo, en ese otro costado o realidad aparte que, saben los añuu y otros pueblos, existe como un espacio/tiempo de su vida material. Soñar es llegar o, estar en ese lugar de la inmensidad espacio/temporal en la que podemos entrar en contacto con hechos pasados o por venir; podemos visitar a los desaparecidos, familiares muertos que nos hablan de su vida en ese costado del mundo o nos señalan advertencias sobre nuestros actos, en fin, se trata de la común experiencia de vivir la otra realidad que sólo en el sueño y mediante el soñar le es posible a un mortal, vivirla. Pero, a veces, el Soñar nos conduce al Ver, que no es más que la llamada de atención con la que nuestro aliento/espíritu alerta a nuestros cuerpos acerca de nuestros propios actos y sobre los actos de los otros. Entender el sueño y el soñar como la posibilidad de vivir la experiencia de otra realidad genera una idea de la vida y de la muerte como una práctica de la finitud de nuestras vidas y la infinitud de nuestro aliento/espíritu que, ciertamente, soporta una ética que le es correspondiente en tanto que, se sabe, no somos eternos en esta realidad si no es en la libertad del sueño y el soñar; por tanto, no puede haber apegos a ningún elemento material, a la acumulación, a la ambición o la codicia, ya que es el desprendimiento lo que ha de orientar nuestras relaciones con los otros y con el mundo.
He allí, uno de los aspectos fundamentales del ejercicio del saber de nuestros pueblos indígenas y, tal vez por eso, haya sido el más perseguido durante la colonia, y el más desprestigiado por la ciencia de la colonialidad. Sin embargo, se trata de un saber que va más allá de cualquier aprendizaje, esto es, no todos alcanzamos a conocer el habla de nuestros sueños y, muchos menos son aquellos con la capacidad de Ver más allá de lo evidente, pues, se trata de sujetos que en rigor, aprenden el lenguaje del mundo y hasta logran atravesar dimensiones a voluntad en función de mantener el balance de la sociedad y del mundo en el contexto del universo que abarca el espacio territorial de sus pueblos.
Se trata del hacer de un saber que mantiene la armonía en las relaciones ecológicas de la comunidad humana con la totalidad de comunidades (plantas, animales, insectos, seres visibles e invisibles) presentes en el territorio, lo que ciertamente orienta y expresa el balance y armonía en las relaciones sociales y de poder internas del grupo, y ambas, relaciones ecológicas y relaciones sociales en balance es lo que permite alimentar al mundo y al universo en el contexto del espacio territorial de la cultura.
Es en este orden y rigor, que hemos querido cerrar el ciclo de esta II Etapa de la UAIN con un Encuentro de Conocimiento de Otro tipo. Pretendemos, terminar de mover nuestro punto de anclaje sobre una realidad que nos ha sido impuesta, para así poder encontrar nuestro centro de balance como Nosotrxs.
Para ello, estamos invitando a una abuela chicana que viaja con su altar mexicano y la palabra del aliento del mundo. Ella nos hablará de los mensajes de la tierra y de cómo encontrar nuestro balance en la construcción de nuestras autonomías. Hacemos esto no tanto porque en efecto, nos permite ubicar nuestro programa de estudio bien distanciado de cualquier pretensión academicista algo de lo que, de seguro, ya se habrán percatado ya que hemos tratado de marcarlo en todo momento con toda intención; sino que se trata de confrontarnos con aquello que la racionalidad occidental nos ha llevado a mirar con ojos que no logran ver, a oír pero negados a escuchar, a sentir pero aferrados a no pasar de la piel al corazón. Lo hacemos, porque en nuestro corazón sabemos del temor que todxs sentimos en la oscuridad que vivimos, porque de eso se trata la colonialidad del poder, hacernos sentir débiles e imposibilitados de cambiar nuestra realidad de sometimiento, pero como decía el Viejo Antonio: “el León sólo mata mirando”, por eso, nunca vence al Tejón, que siendo más pequeño y sin garras, viviendo en la tierra aprendió a ver su corazón y sin miedo, hace huir al León. En la UAIN estamos convencidos que este es el tiempo de Nosotrxs, pues ya no hay falsa palabra que no hayamos escuchado o seguido al olvidar la voz de nuestra Madre Tierra. Es tiempo de escucharla y de volver a su llamado. En este sentido, confiamos en que luego de esta experiencia de conocimiento, podamos atrevernos a vernos, escucharnos y sentirnos, no como extraños, no como divididos y ajenos, sino hermanados y tejidos en el corazón del Nosotrxs.
De la organización del Encuentro.
En esta oportunidad, el Encuentro será sin mesas. Comenzaremos como siempre a las 10 de la mañana (hora de México). La Abuela tendrá el tiempo necesario para su ritual y luego la exposición de su palabra y visión. Posteriormente daremos una hora para preguntas y comentarios que la Abuela está en la disposición de responder. Es importante señalar, que la Abuela no habla castellano, así que contaremos con traductora, lo que obliga a un ritmo de la conversación que debemos atender.
Al final, nos permitiremos un comentario de cierre y ofrecerles algunas informaciones acerca del destino de la UAIN, porque ciertamente hay una III Etapa, pero esa no nos corresponde a nosotros convocarla, sino que dependerá del hacer de cada uno de los participantes en su propio proceso de Hacer Comunidad. Si eso ocurre, habremos logrado dar el primer paso en este largo camino de interminables millas.
José Angel Quintero Weir
UAIN – Wainjirawa
Un abrazotote a todxs